Biendo el claustro de la Basílica Menor de San Trófimo, Arles

El principio de la historia está en los romanos, claro. Ellos encontraron un espacio perfecto a orillas del poderoso Ródano y tomaron una ciudad en la que después construyeron todos los edificios en torno a los que estructuraban su sociedad. Algunos de ellos sobreviven, otros no, pero incluso sin existir siguen siendo los lugares que articulan el ‘Arlès’ moderno.
(7 de Abril de 2009)