Durante los siglos XIV y XV perteneció a la Corona de
Aragón, y con la unión de los reyes Isabel y Fernando, pasó a pertenecer al territorio español. De hecho, el nieto de estos regentes, Carlos V, se construyó allí un castillo dónde poder alojarse durante su estancia. También se ocupó de reorganizar la ciudad, desde el punto de vista urbanístico, mandando edificar las murallas y un arco del triunfo, hoy llamado la Porta di Napoli.