Supongo que a partir de hoy tendré un poco maS de tiiempo, ya a mi regreso de mi último quehacer, envío mensajes por Puertollano, así como alguna cosilla.
Los muchachos de allá, como aprecias; su horario de entrar es la noche; yo esta (la noche) la divido en, algún reportaje en terlevisión, debate (algunos cansan) alguna pelicula, y el resto en lo que se suele llamar "en brazos de morfeo",
Si entro en la mañana, un rato, y a las 18 horas de este mi país. A esta hora pocos son los días que no emborrono alguna cuartilla... a boli o en la impresora. Leo muy poco leía mas cuando no tenía libros., Asi fue en mi niñez: el gran error (horror) de mi país, lo pagamos mi generación, que fue tan torpe, que quemó muchos libros, guardando los que interesaban a los "caprichosos de turno, y, lo pero de todos es que maltrataron a quienes enseñaban. En este país se prohibieron muchas coas y demasiado tiempo, y fueron ta bestias, que prohibían hasta el amor.
Lo comentaba con mi tío allá por Buenos Aires: Digamos que me desahogaba, cuando no en mi tierra, con un lapiz trazaba lo que consideraba grandes verdades, en cualquier papel en blanco. Mi madre me reñía, cariñosamente.
Es muy triste vivir con la lengua amordazada. Iquieto y dificil de convencerme que lo blanco es negro un día a mis 25 años, me instalé en la cuidad de París: desde dicha ciudad, de vez en cuando, enviaba correspondencia, mas allá del Atlantico. Mi tío me entendía. No sucede lo mismo con este familiar que por allá me queda. Lo demuestra su silencio.
Abrazo a esas tierras y para ti.
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