Algarrobo: "Cope" Turiño...

"Cope" Turiño
Por Eulalia Turiño Méndez.
No recuerdo el nombre de mi tía, pero fue de todas la más "infeliz" como se dice en la zona a la persona muy noble, callada, buena. Su finca también daba al camino real, limitando con la de tía Lila y llegaba al mismo Algarrobo, limitando también con el camino que va de Algarrobo a Las Bellezas. Hoy la Escuela Juancito Martínez está enclavada a donde antes había un cafetal de tía Cope. También allí viven muchas familias que antes no eran de Algarrobo y sí de Veloz. De la finca de tía Cope a orillas del camino real mi abuelo cedió un pedazo a Jacinto González el cual puso allí una tiendecita y vivió hasta años después del triunfo de la Revolución. Otras familias Turiño viven actualmente en la finca de Cope, como Rafael Turiño (Nené) con sus hijos, como Idoelia, la enfermera que cumple misión en Venezuela, tan revolucionaria como su padre y tan buena, cariñosa, bondadosa y servicial como él. Vive allí Romelio Fonseca, hijo adoptivo de Pepe mi tío, miliciano, revolucionario, del que se decía que era muy valiente, que peleaba parado, frente a los bandidos. No se si es fama bien ganada o producto de la fantasía. A mi tías Cope la recuerdo en la casa de mi abuelo, que tengo la idea era como de adobe, o ladrillos, pues era yo muy pequeña. Nunca se casó y de ahí han inventado los "cómicos" de la familia un cuento que pudo o no ser cierto, pero nos morimos de risas. Dicen que tuvo un solo novio y cuando fue a pedir su mano a mi abuelo Fausto, en ese mismo instante se le escapó un "gas". Fue tanta la vergüenza que pasó que jamás se portó por su casa y mi tía por eso quedó solterona, pues estaba enamorada de él. Se quedó para criar sobrinos, como suele decirse por allá. Vivió mucho tiempo con su sobrina Tata. Mi papá siempre la ponía de ejemplo como mujer honrada porque murió virgen y "así debía ser". A lo que yo reflexionaba ¿y por qué tú no seguiste su ejemplo, por qué te casaste?. "Con mujeres con ese tipo de honradez se acaba la humanidad". Se quedaba calladito. Muchos servicios y cuidados nos dispensó la tía Cope y quedó su recuerdo en la memoria de sus sobrinas por su delicadeza al desenredarnos el cabello, al asearnos, darnos la comida, etc. En la Habana le hice una maldad, la llevé al hospital oncológico, al pasar la avenida estaba asiscadas de miedo. Le dije ¡cuidado! y metió un brinco tremendo mi pobre y cariñosa tía.