Obviando un poco la leyenda, debéis saber que la abadía, antes que benedictina fue troglodita. Sus orígenes se encuentran excavados en la roca, donde sus primeros habitantes buscaron cobijo y aun quedan vestigios que podremos apreciar. Aunque sabemos que antes de Carlomagno hubo otros monjes utilizando estas grutas, su pista se pierde en el siglo IX a causa de las invasiones normandas. Aunque la abadía y al zona son prosperas, sufren bastante durante la Guerra de los 100 Años, de ahí las numerosas modificaciones que sufre. La iglesia se reconstruye en estilo gótico a excepción del campanario y es en el siglo XVI cuando por fin se construye el gran edificio renacentista para las dependencias de los monjes.