Púlpito en la catedral de Saint Front, Périgueux

La ciudad tuvo como esta hasta veintiocho torres y doce puertas para la entrada al recinto municipal. Pero sobre todo lo imprescindible de Perigueux es pasear, dejarse llevar por sus calles y por sus plazas: la Plaza de Navarra en memoria del paso por la zona de Enrique IV; o la Plaza de Saint Louis donde se ubica el mercado de foie-gras y de productos derivados; la Plaza de la Clautre, antiguo recinto que acogiera las ejecuciones públicas y cuyo nombre evoca el claustro de la catedral, mitad románico, mitad gótico, también acoge mercado los miércoles y sábado; la Plaza de la Vertu uno de los lugares, para mi, con más encanto de Perigueux.
(4 de Julio de 2006)