Altar en la Catedral de Saint Nazaire, Béziers

No está muy claro quién pronunció aquella lapidaria frase, ni en que situación, pero ya forma parte del acervo histórico y cultural europeo. Europa es una tierra rica en leyendas, porque ¿qué es un pueblo sin leyendas? Estoy totalmente convencido que la leyenda nos transmite más de la gente que la propia historia oficial y escrita. ¿Quién pronunció realmente la frase? Al cabo poco importa la historia, el poso de la leyenda es mucho más profundo. Arnaldo Amalric, uno de esos clérigos metidos a militar, que llenó de almas cielo, infierno y purgatorio, dirigió una cruzada contra los albigenses (también llamados cátaros) y procedió a asediar Beziers, donde se habían hecho fuertes un nutrido grupo de cátaros (los puros), eso sí, entremezclados con vecinos no heréticos. Un oficial un poco ingenuo preguntó al comandante cruzado, “Señor, ¿cómo vamos a saber quién es hereje, y quién no lo es?”. A lo que un bravucón y despiadado Amalric respondió con desdén; “Matadlos a todos. Dios sabrá diferenciar quienes son los suyos”. Una orografía irregular, un continuo sube y baja, que nos transporta a su magnífica catedral de St-Nazaire, un faro visible en varios kilómetros a la redonda, y corazón perpetuo de esta plaza fuerte que rezuma mucha historia y alguna leyenda. Beziers, situada en el Languedoc, matriz del catarismo, por momentos más ibera que gala, y menos franca que hispana (mejor dicho, catalana), a orillas del río Orb, en época romana discurría por aquí la Vía Domitia. La catedral de St. Naziere, con torres y almenas, adquiere el aspecto de una auténtica fortaleza.
(10 de Abril de 2009)