La puerta, no obstante lleva unos singulares herrajes, característica común con las iglesias de esta zona. La villa fue asediada, en 1285, por Felipe III el Atrevido, rey de
Francia que, forzando las puertas de la catedral, penetró en ella y masacró a sus habitantes (una placa recuerda este acontecimiento histórico). En el siglo XIV fue ocupada por Pedro III de
Aragón, y las tropas de Luis XI, rey de Francia, la ocuparon en 1461.