Parte del castillo, Salses-le-Château

Para la actual fortaleza, construida entre 1497 y 1503, el constructor castellano Ramiro López se inspiró en la tradición de los castillos de Castilla, incorporando todos los avances respecto de la artillería de la época, lo que se traduce en el hundimiento en el suelo y en el uso de baluartes capaces de resistir la tecnología artillera de principios del siglo XVI, para lo que contó con grandes medios. El plano es rectangular, de 115 x 90 metros, repartido en tres espacios concéntricos y protegido por un foso de 15 metros de anchura y 7 de profundidad. El foso es una trinchera profunda, a veces llena de agua, excavada para formar una barrera contra ataques a las murallas de los castillos u otras fortificaciones. Una fosa dificulta el acceso de las máquinas de asedio, como la torre de asedio o el ariete, que necesitan estar junto al muro para ser eficaces. Una característica muy importante es que dificulta mucho los intentos de minar los cimientos de los muros mediante túneles con vista a colapsarlos, por una parte obligando a profundizar más en la excavación y en caso de haber agua, esta inundaría esos túneles o causaría que se tuvieran que reforzar mucho. La artillería es el conjunto de armas de guerra pensadas para disparar proyectiles de gran tamaño a largas distancias empleando una carga explosiva como elemento impulsor. Por extensión se denomina así a la unidad militar que las maneja.
(5 de Abril de 2009)