Seguimos dando la vuelta al castillo, Salses-le-Château

Durante la guerra de los Treinta Años, la guarnición se rindió en junio de 1639 al ejército de Luis XIII de Francia. A finales de ese año, entre septiembre y enero de 1640, el virrey de Cataluña, conde de Santa Coloma, logró que se rindiera la guarnición francesa que mandaba el gobernador Espenan. A pesar del éxito logrado con la operación, ello no impidió la ruptura definitiva entre los catalanes y Felipe IV de España, que desembocó pocos meses después (1640) en la Guerra de los Segadores. La guerra de los Treinta Años fue una guerra librada en la Europa Central entre los años 1618 y 1648, en la que intervinieron la mayoría de las grandes potencias europeas de la época. Esta guerra marcó el futuro del conjunto de Europa en los siglos posteriores. Luis XIII de Francia, llamado el Justo, fue rey de Francia y de Navarra (1610–1643) y copríncipe de Andorra (1610-1643). En 1641, tras la sublevación de Cataluña, el principado se puso bajo el vasallaje de Francia y nombró conde de Barcelona a Luis XIII. Era hijo de Enrique IV de Francia y III de Navarra y de María de Médici y fue el padre de Luis XIV, apodado como el «Rey Sol». Dalmau de Queralt y Codina, conde de Santa Coloma de Queralt fue un noble catalán, virrey de Cataluña entre 1638 y 1640, que resultó asesinado por rebeldes catalanes al inicio de la sublevación catalana de 1640. Felipe IV de España, llamado «el Grande» o «el Rey Planeta», fue rey de España desde el 31 de marzo de 1621 hasta su muerte, y de Portugal desde la misma fecha hasta diciembre de 1640. Su reinado de 44 años y 170 días fue el más largo de la casa de Austria y el tercero de la historia española, siendo superado sólo por Felipe V y Alfonso XIII, aunque los primeros dieciséis años del reinado de este último fueron bajo regencia. La sublevación de Cataluña, revuelta de los catalanes, guerra de Cataluña o guerra de los Segadores afectó a gran parte de Cataluña entre los años 1640 y 1652. Tuvo como efecto más duradero la firma de la Paz de los Pirineos entre la monarquía española y la francesa, pasando el condado del Rosellón y la mitad del condado de Cerdaña, hasta aquel momento partes integrantes del principado de Cataluña, uno de los territorios de la monarquía hispánica, a soberanía francesa.
(5 de Abril de 2009)