Entonces tomó la decisión de levantar la ciudad fortificada de Vilafranca para bloquearle el acceso a la Cerdaña. Con ésta podía tapar el valle para impedir todo pasaje hasta su condado. Uno de los problemas con que se ha encontrado Vilafranca a lo largo de la historia ha sido protegerse de los ataques que mantuvieron
España y
Francia, y esto llevó a que tuvieron que cambiar el sistema de protección de la fortificación. Las torres circulares que se situaban en cada esquina de la ciudad se derruyeron para ser posteriormente construidos los bastiones poligonales. Ofrecían un ángulo de mejor visión de disparo.