El vizconde de Turenne goza de total autonomía desde la Edad Media hasta el siglo XVIII. En 1738, el último heredero vende el Vicomté de Turenne a Luis XV para saldar sus deudas de juego. Esta venta marca el fin de los privilegios. A partir del siglo XI, el pueblo se desarrolló alrededor del Priorato, el tímpano y el campanario de la iglesia son los restos romanos. A finales del siglo XV y principios del XVI, Collonges se convirtió en el lugar de residencia de los funcionarios de justicia, administración y otros altos funcionarios del Vicomté de Turenne.