Posteriormente, Vassinhac amuralló los cimientos del tímpano desmantelado y luego erigió la torre defensiva al sur.
¿Fueron nuestros antepasados ​​en Collonge más pacíficos, y por lo tanto más tolerantes que sus contemporáneos que se destriparon alegremente en nombre de la caridad cristiana? A falta de prueba absoluta, este milagro humano y arquitectónico sigue siendo un misterio pero tiene el mérito de halagar nuestra autoestima y fortalecer nuestro espíritu provinciano. Tres siglos y medio después, el tímpano de la Iglesia de San Pedro ha vuelto a su lugar original. Fue en 1924. Desde esa fecha, ha sido la unanimidad de turistas admiradores, ya sean creyentes, incrédulos o ateos.

(7 de Julio de 2006)