Carennac, ubicada sobre las márgenes del río Dordoña, fue distinguido como uno de los más bellos pueblos de
Francia, una selección de encantadores poblados que busca promover el turismo en los lugares más alejados de los grandes centros de atracción por antonomasia. Así es que llegamos a este hermoso destino, que nos sorprenderá con sus construcciones medievales y sus maravillas naturales que se remontan a la era neolítica. No hay que decirlo: es un pueblo verdaderamente bello.