Santo en una urna, Martel

El rey lombardo Liutprando, aliado de Carlos Martel, atacó Roma en venganza del apoyo papal al Ducado de Spoleto. El papa Gregorio III pidió ayuda a Carlos Martel con una embajada que llegó ante el mayordomo de Austrasia, por lo que Carlos apenas mandó una legación a Roma para que garantizase un pacto de no agresión a los Estados Pontificios a cambio de que el rey lombardo pudiera ocupar Rávena; así quedó saldada una empresa que hacía peligrar la integridad del papado. Lo único que quedaba para Carlos era mitigar las hostilidades de gran parte del clero franco. A la muerte de Teodorico IV (737), Carlos, afianzado en su gran poder, decide no escoger sucesor alguno, asume todo el poder del reino franco y reina, ilegalmente, hasta su muerte.
(3 de Julio de 2006)