Detalle del claustro de la Basílica Menor de San Trófimo, Arles

Una leyenda cuenta que este discípulo de San Pablo, tras pasar por Roma, llegó a Arlés el año 46, encabezando una comunidad cristiana asentada en la necrópolis de Alyscamps de la ciudad. En esta idea abundaba el papa san Zósimo cuando en 417 escribió a los obispos de las Galias manifestando que la Santa Sede1 había enviado a aquellas tierras a Trófimo, cuyas predicaciones en Arlés extendieron la fe cristiana por toda la comarca. Con el deseo de prestigiar los orígenes de las sedes episcopales, se identificaba erróneamente a Trófimo con el discípulo de San Pablo.
(7 de Abril de 2009)