Estamos bajando de la nave abovedada de la Basílica Menor de San Trófimo, Arles

En el lado opuesto el gran friso representa el impactante cortejo de los Condenados, hombres y mujeres desnudos que amarrados por gruesas cadenas caminan entre llamas, destacando el trabajo minucioso de las cabezas, con las pupilas perforadas. La secuencia se inicia en la jamba, donde un ángel portando un bastón de mando y una espada cierra la puerta del Paraíso a los condenados, que manifiestan su desesperación llevándose las manos a la cabeza. También relacionados con el Juicio Final están dos relieves colocados en el lateral izquierdo, uno que representa el Pecado Original como origen de todos los males y otro con San Miguel pesando las almas, a los que se suma otro en el lateral derecho con El demonio castigando la lujuria.
(7 de Abril de 2009)