vista de la fachada del palacio Papal, Avignon

En el terreno cultural los comienzos del renacimiento se dan en un ambiente de aprecio por la ciencia entendida en sentido moderno y con la popularización del saber, sobre todo a partir de la difusión de la imprenta. Pero quizá lo más significativo de todo el período sea el afán de reforma dentro de la Iglesia, tanto en la cabeza como en los miembros Aunque los Concilios de estos siglos hicieron planes reformadores y algunos grupos dentro de las órdenes religiosas empezaron a ponerlos en práctica, se llega al siglo XI sin apenas avance. El símbolo del deseo de reforma y de la dificultad de aplicarla que se dio a fines de la Edad Media puede ser el ermitaño Pedro Morone, elegido papa con el nombre de Celestino V, quien, a los cinco meses, consciente de su incapacidad para gobernar la Iglesia, renunció. Le sucedió Bonifacio VIII (1294-1303), tan convencido de la supremacía del poder espiritual sobre el temporal, que intentó llevarla a la práctica sin apreciar que era ya una teoría anacrónica.
(8 de Abril de 2009)