Detalle ventana, Avignon

El comercio renace en el Mediterráneo y en Occidente, Aviñón se beneficia del tráfico fluvial y su posición en la carretera entre Italia y España. Las corporaciones de comerciantes se desarrollan, los artesanos se instalan al pie de la Rocher des Doms. Nobles, caballeros y prud'hommes se enriquecen, disfrutan de una autoridad creciente. La ciudad está poblada y encuentra su extensión galo-romana. Una doble pared se construye en el siglo XII. Las tierras circundantes se drenan y se valoran, las marismas se secan. La ciudad de Aviñón es posesión indivisa de los condes de Toulouse y Barcelona que disputan la Provenza. El vizconde y el obispo gobiernan la ciudad, pero su poder disminuye a expensas de la Comuna, creada en 1161 sobre el modelo de las ciudades italianas. El emperador Federico Barbarroja, el lejano soberano, confirma este privilegio. El obispo preside, pero la autoridad pertenece a los 8 cónsules: 4 caballeros y 4 prud'hommes, elegidos por un año.
(8 de Abril de 2009)