Después del siglo XV, la región se convirtió en parte de Francia y el Castillo de Tarascón perdió importancia estratégica. Sin embargo, durante las Guerras de Religión, el castillo jugó un papel destacado en el enfrentamiento contra los protestantes de la región de Languedoc. A mediados del siglo XVII, el castillo de Tarascón fue utilizado como prisión, continuando con este mismo rol hasta casi finales del siglo XVIII y esporádicamente en el siglo XIX. El deterioro de la condición del castillo se agravó por el daño causado como resultado de la Revolución Francesa. Así, el Castillo de Tarascón entró en el siglo XIX en muy malas condiciones. En numerosas ocasiones se decidió que la estructura tenía que ser demolida, incluso en el siglo XX, pero siempre hubo opositores que lo impidieron. Solo en 1.932 se aseguró el futuro del castillo y se iniciaron trabajos de restauración.

(9 de Abril de 2009)