Detalle vidrieras, Tarascon

Cuenta la tradición hagiográfica, que en un bosque, situado entre Arlés y Avignon, había por aquel tiempo un inmenso animal que creyeron ser un dragón. Esta fiera a veces salía del bosque, se sumergía en el río, volcaba las embarcaciones y mataba a cuantos navegaban en ellas. Marta atendió los ruegos de la gente de la comarca, y dispuesta a liberarla definitivamente de ese peligro, se fue al bosque a buscar a la fiera; la halló devorándose a un campesino. Marta se acercó sin temor, la roció con agua bendita y le mostró una cruz. La bestia, al ver la cruz y sentir el contacto con el agua bendita, se intimidó y quedó como paralizada. Marta se acercó nuevamente a ella, la amarró por el cuello con el cordón de su túnica, la sacó a un claro, y allí los hombres de la comarca le dieron muerte. Desde entonces, el lugar comenzó a llamarse Tarascón que era el nombre del Dragón.
(9 de Abril de 2009)