Por lo que se refiere a los símbolos pintados sobre los techos de los trullos a menudo asumían un significado religioso; a veces podían representar los signos del zodíaco. Pináculos y símbolos pintados forman juntos una especie de identificativo ciudadano, en cuanto que por largo tiempo Alberobello tenía negado el reconocimiento oficial por parte de los condes de Conversano.