Se instaló así la dinastía suaba de los Hohenstaufen, cuyo representante más destacado fue Federico II, quien impulsó la vida cultural, económica y administrativa del reino. Federico II de Hohenstaufen, llamado «stupor mundi» y «puer Apuliae», fue rey de
Sicilia y
Jerusalén, y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Es también uno de los escritores más representativos de la Escuela poética siciliana, que él mismo creó.