Tras numerosas revueltas feudales y revoluciones palaciegas, el periodo angevino concluyó en Nápoles en 1442 (época en que sin embargo se constituyó, de iure, la identidad política napolitana), al ser tomada por el rey Alfonso V de
Aragón. Alfonso V de Aragón, llamado también el Sabio o el Magnánimo, entre 1416 y 1458 fue rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de
Sicilia, de
Cerdeña y conde de Barcelona; y entre 1442 y 1458 rey de Nápoles.