Carlos fue reconocido de inmediato por
Francia en virtud del Primer Pacto de Familia. En 1737 lo harían los Estados Pontificios y, a continuación, el resto de los Estados italianos. A la muerte de su hermano Fernando VI de
España, Carlos cedió el trono de Nápoles-
Sicilia a su hijo Fernando (IV de Nápoles y III de Sicilia) en 1759 para poder ceñirse la corona española.