Señor de las Maravillas, Puebla de Zaragoza

Se encuentra en la Iglesia de Santa Mónica de Puebla. La fama del Señor de las Maravillas se remonta a una popular leyenda que, aunque no nos ubica en el tiempo exacto, asegura que una mujer solía visitarlo a menudo para pedir por su esposo, quien se encontraba preso, hasta que éste finalmente fue liberado. En el transcurso, la esposa del prisionero conoció al compañero de celda de su marido, quien era un hombre solitario al que aprovechaba para llevarle comida. Al salir de prisión su cónyuge, la mujer no dejó de frecuentar al ex compañero para poder llevarle alimentos. Harto de dicha situación, la pareja de esta mujer la interceptó cuando iba de camino a la cárcel para cuestionarle el por qué iba regularmente a visitar a quien alguna vez fuera su compañero de celda. La dama negó dicha versión y explicó que se dirigía a ver al Señor de las Maravillas para dejarle maravillas, asegurando que eso era lo que llevaba en su canasto y no comida. Con puñal en mano y listo para asesinar a su esposa, el marido destapó la canasta y miró asombrado las flores, lo que ratificaba la versión de su señora. Impactada ante tal milagro, la dama en cuestión decidió confesarle la verdad y desde entonces ella y su marido acudían regularmente a entregar las maravillas al Señor.
(2011)