Detalle, Tavira

Desde aquí los portugueses iniciaron en el siglo XV la epopeya que los llevó al encuentro de otros pueblos y culturas… En el Algarve recibimos, siempre con los brazos abiertos, a gran parte de los que visitan Portugal. Algo que queda patente incluso en el clima, suave y con mucho sol durante todo el año. Y también con playas de excelente calidad. Interminables arenales, limitados por acantilados dorados, islas casi desiertas que marcan la frontera entre Ria Formosa y el mar, o pequeñas bahías, resguardadas por las rocas. El océano, con todos sus tonos de azul, casi siempre tranquilo y cálido, invita a largos baños y a la práctica de los deportes náuticos. Y también está la sierra. En la que las personas viven en armonía con la naturaleza y mantienen tradiciones que les gusta compartir. Y las ciudades. Silves conserva vestigios del pasado árabe y Lagos de la época de los Descubrimientos. Más cosmopolitas, Portimão y Albufeira viven días y noches llenos de animación. Tavira es un escaparate de la arquitectura tradicional y Faro, la puerta de entrada a la región, merece una visita pausada para conocer su bellísimo centro histórico.
(22 de Abril de 2019)