Ponte de
Lima es un tesoro, un ejemplo urbano de buen hacer y de la profunda conservación y valoración de su historia, de sus raíces y tradiciones. Los gallegos tienen la suerte de tener este hermoso rincón a tan solo 35 minutos de la frontera y que además cuenta con una gran comunicación por carretera. Esto ha hecho que nuestra visita a Ponte de Lima se haya convertido en un gran placer, ya que la verdad es que esta villa medieval ofrece mucho más de lo que imaginábamos.