La fortaleza no se terminó formalmente hasta 1713, año en el que un plano de su último arquitecto Manuel Pinto de Vilalobos la da por terminada, aunque hay referencias a la construcción de baluartes en los años siguientes. Medio siglo de obras alteró radicalmente el aspecto de Valença y la relación entre la ciudad y el río, separados por una gigantesca red de baluartes y niveles que se comunican entre sí a través de fosos y pasos elevados.