El fervor religioso está patente en la Iglesias de la Misericordia (siglo XVI), de la Colegiata de Santo Estêvão (siglo XIII), en la Matriz de
Santa Maria dos Anjos (siglo XIII) o en las Capillas
Militar do Bom Jesus (siglo XVII), en la de São Sebastião, en la de Nossa Senhora da Saúde y en la do Nosso Senhor dos Esquecidos. El pueblo se reparte entre empedradas calles estrechas que respiran historia, donde existe un famoso y concurrido comercio, por ejemplo de productos artesanales con diversas pequeñas y típicas tiendas de comercio tradicional, destacándose
trabajos en oro, lino, cerámica y mimbre.