Algarrobo: Familia Juaquín Medinilla-Heriberta Conrrado...

Familia Juaquín Medinilla-Heriberta Conrrado
Por Eulalia Turiño Méndez
Joaquin y Heriberta es un matrimonio querido y recordado en Algarrobo por su humildad, sencillez, espíritu de trabajo, amabilidad, servicial y cuanto valor positivo se pudiera expresar. En una casa típica del lugar, con piso de tierra y tabla de palma tuvieron cuatro hijos: Julia, José, María Elena y Jesús. Con los tres últimos asistí a la escuelita de Algarrobo y mis relaciones con María Elena eran las más fuertes porque debemos coincidir en edad y como niñas al fin éramos más afines. Recuerdo que en los días de Pascuas recorríamos el barrio y llegábamos a casa de Heriberta Conrado, pues solíamos decir más la casa de Heriberta que la casa de Joaquin. Julia nos visitaba bastante sobre todo para encargar a mi mamá la hechura de algún vestido para cualquiera de su familia. Ella desde muy joven padeció de vitilio. Se casó con Roger Torres, un joven que no es oriundo de Algarrobo pero vivía allí a partir de que su papá compró la finca de mi tío Pedro. José tenía la estampas de los Medinilla, alto y delgado. Recuerdo que en mi adolescencia mis hermanas me decían que José estaba enamorado de mí, pero yo jamás me detuve en ese asunto. En los primeros meses del año 1959 la Revolución hacía muchos bombardeos de bultos de ropas y juguetes para las familias campesinas, con avionetas que aparecían cualquier día y a cualquier hora. Y todo el que veía la avioneta observaba en que lugar más o menos iba a caer el bulto y se mandaba a correr en la misma forma en que se encontraba, hasta descalzo. El primero que llegara era el dueño, si llegaban dos o tres a la vez de familias diferentes pues se repartía por igual. En mi casa hubo bastante suerte en eso y como mi mamá era costurera aprovechaba hasta la tela de los paracaídas y hacía a mis hermanas vestidos preciosos. En una ocasión en el bulto que cogió la familia de José venía un caballito de cuerdas que se balanceaba de lo más bonito, y en el bulto que tocó a mi casa venía un jueguito de carpintero. Enseguida Heriberta y mi mamá se pusieron de acuerdo e intercambiamos los juguetes José y Yo. María Elena era una muchacha bonita y se casó con Iche, un nieto de tío Pepe. Allí en Algarrobo viven felices. De Jesús no puedo dar referencias después que creció pues cuando salí de Algarrobo era pequeño. Pero toda esta familia es revolucionaria. No se la cooperación de esta familia a las guerrillas revolucionarias pero como todo el Algarrobo forman parte de aquella historia y fiel y digna de pertenecer al histórico lugar ha dado sus frutos. Rodeada por hijos y nietos esta familia es feliz allí.