vista del techo de la sala capitular de la Abadía, Brantôme

La fundación de este monasterio dedicado a Saint-Pierre se atribuye tradicionalmente a Carlomagno, que trajo aquí las reliquias de uno de los Santos Inocentes, pero de hecho, no es hasta el 818 que figura documentado este lugar, cuando fue declarado exento. Inicialmente los monjes habrían ocupado los abrigos naturales de la roca, en un lugar protegido y cerca del río. Aquel primer establecimiento monástico habría desaparecido a causa de las invasiones normandas, a mediados del siglo IX. Más adelante se reconstruyó, entre los siglos X y XI se construyó el campanario sobre la roca, que aún se conserva. Como otros establecimientos de la región, sufrió los efectos de la guerra de los Cien Años y fue destruido en 1382.
(4 de Julio de 2006)