Detalle comercio, Uzès

Extrañamente silenciosos a veces, los callejones de Uzès nos transportan fuera del tiempo. De repente, llegamos a un lugar cubierto donde se encuentra un colorido mercado, o podemos ver debajo del monte, iluminado en febrero por los almendros en flor. Frente a las ventanas de los artesanos, escuchando la animación sureña de los bulevares, cuando el follaje de los plátanos se toma con un estremecimiento repentino o cuando una ventana rompe algunas notas de piano, sentimos la sensación deliciosa. perderse, por un momento, en esta ciudad cuyo encanto es un equilibrio sutil entre el pasado y el presente. Extrañamente silenciosos a veces, los callejones de Uzès nos transportan fuera del tiempo. De repente, llegamos a un lugar cubierto donde se encuentra un colorido mercado, o podemos ver debajo del monte, iluminado en febrero por los almendros en flor. Frente a las ventanas de los artesanos, escuchando la animación sureña de los bulevares, cuando el follaje de los plátanos se toma con un estremecimiento repentino o cuando una ventana rompe algunas notas de piano, sentimos la sensación deliciosa. perderse, por un momento, en esta ciudad cuyo encanto es un equilibrio sutil entre el pasado y el presente.

Fachadas renovadas, iglesias barrocas, piedras rubias... Uzès es una postal del sur, una ciudad ideal donde se proyecta la vida por un momento. El joven Racine tuvo la inspiración de escribir "Y nuestras noches son (en Uzès) más hermosas que sus días (en París)"... entendemos por qué.
(8 de Abril de 2009)