Una de las cuatro esquina del claustro de la Abadía de Saint Pierre, Moissac

Moissac, ha sido, es y será para el peregrino, ligero de equipaje, que desde lejanas tierras galas o desde otro punto de Europa, dirige sus pasos a Compostela, una etapa en su largo caminar. En la antigua abadía de San Pedro, encontraban alivio para sus cansados cuerpos y aliento espiritual para proseguir la larga ruta.. En la actualidad a Moissac, llegan además otro tipo de visitantes: los amantes del arte románico. Una leyenda atribuye la fundación de la abadía de Moissac a Clodoveo I (481 - 511), cuya conversión había garantizado el triunfo del catolicismo en la Galia. Después de vencer a los visigodos arrianos, tuvo una visión milagrosa que inspiró al rey de los francos a crear, en la confluencia del río Tarn con el Garona, un gran monasterio destinado a mil monjes.
(8 de Julio de 2006)