Detalle en el santuario, Rocamadour

parece desafiar a la gravedad desde lo alto de un acantilado rocoso, por la fama de sus santuarios, por sus casas de colores y tiendecitas delicatessen, por sus panorámicas y también por la naturaleza que lo envuelve. Está claro, este encantador enclave merece una escapada. Rocamadour es un pintoresco pueblo medieval que crece verticalmente entre las rocas y rodeado de bosque. Asombra por la peripecia que supone su construcción, suspendida sobre un cañón por el que discurre el río Alzou, pero también por sus tres niveles superpuestos: en la parte baja, la villa medieval; un poco más arriba, la Ciudad Santuario y, en lo más alto, el castillo que la corona, con una privilegiada panorámica del conjunto, del cañón del Alzou y de los paisajes del parque natural regional de Causses du Quercy, en el que se enclava, con acantilados, valles, manantiales, mesetas calcáreas, cuevas, bosques...
(3 de Julio de 2006)