Parte de arriba del santuario, Rocamadour

Aunque Rocamadour es un pueblo muy medieval también esconde una joya prehistórica: la Gruta de las Maravillas, decorada con pinturas rupestres de más de 20.000 años de antigüedad. Otro tesoro de la geología son las Cuevas de Presque, que invitan a un recorrido para admirar las estalactitas y estalagmitas que crecen en su interior y llegan a alcanzar los diez metros de altura, todo un espectáculo para la vista. Para entretenerse un buen rato con tanta subida y bajada están los mercados gourmet, donde se venden y se pueden probar los mejores productos de la región: las trufas, el foie gras o el cordero de granja de Quercy, para rematar con una tarta casera o un licor.
(3 de Julio de 2006)