estas grandes escalinatas forman parte de toda la estructura de piedra que encontramos a cada rincón de esta ciudad vertical de
Francia. Es decir, estas escaleras forman parte de su encanto, y oye, se puede decir que es un viaje diferente. Además, está (como es evidente) en plena montaña, por lo que el aire limpio y puro así como lo verde serán nuestros fieles compañeros, y seguro que después de un viaje así volvemos como más enérgicos, porque aunque nos canse tanto subir y bajar cuestas (si queremos verlo entero), al final nos encontraremos mejor, porque el ejercicio hecho en el lugar adecuado siempre acaba por ser el doble de positivo.