Arco e iglesia, Rocamadour

En todo ese recorrido, Rocamadour combina magistralmente el aspecto de sitio «de cuento», casi como sentirse dentro de una escenografía de ficción medieval, con una situación muy curiosa: sus edificaciones verticales, incluso unas por encima de otras, están adosadas a las paredes de acantilados de hasta 120 metros de altura. Y lo dicho, entre tanto sentido vertical, hay escalinatas importantes que subir para conectar una zona y otra del poblado: Cada edificio parece merecer una foto, incluyendo las viviendas:
(3 de Julio de 2006)