Cuando se asocia el turismo con un pueblo o lugar rural el resultado puede irse de las manos llegando a ser muy artificial, alterado y "souvenirístico". Pero en Saint-Cirq-Lapopie viven 207 habitantes que, por mucho que se dediquen al sector turístico, pasan sus días y hacen su vida en las viejas casas, cultivan sus pequeños huertos y se dan a la artesanía. Sus calles son ratoneras, nerviosas e incómodas para los coches. Es por ello que son peatonales para todo extranjero que no sea de aquí. Por lo tanto, la respuesta es un sí como un piano.
(5 de Julio de 2006)