La portada del Juicio Final es una de las más bellas creaciones del arte románico europeo, que, como ya se ha dicho, se aleja del expresionismo imperante en el siglo XII en
Borgoña y el Languedoc para mostrar una impecable factura, imbuida de una serenidad clásica que se traduce en una belleza majestuosa relacionada con los vestigios romanos.