Detalle artesonado en el palacio Papal, Avignon

Avignon, en la Provenza, a orillas del Ródano, se convirtió en sede del Papado a partir del año 1309, después de que Clemente V se instalase en la ciudad, con la aquiscencia del rey de Francia Felipe IV "el Hermoso", tras salir de una ciudad de Roma que se había vuelto en su contra. La ciudad de Avignon pertenecía a Carlos II de Anjou, rey de Nápoles y Sicilia, y además vasallo del Papa, de tal manera que le brindó su apoyo. Además estaba cerca del Condado de Venaissin, una posesión eclesiástica. A ello hay que sumar el hecho de la posición central de Avignon con respecto a la Europa Cristiana.
(8 de Abril de 2009)