Cuando el emperador bizantino Justiniano emprendió la reconquista de
Italia y la reconstrucción de la unificación del Imperio romano en el siglo vi, Nápoles pasó bajo su dominio (536). Flavio Pedro Sabacio Justiniano, más conocido como Justiniano I el Grande, fue emperador del Imperio romano de Oriente desde el 1 de agosto de 527 hasta su muerte. Durante su reinado buscó revivir la antigua grandeza del Imperio romano clásico, reconquistando gran parte de los territorios perdidos del Imperio romano de Occidente.