En acuerdo con lo que decidió el congreso de
Viena, Fernando emitió un decreto por el cual unificaba los reinos de Nápoles y
Sicilia en el Reino de las Dos Sicilias. El rey asumió así el título de rey del Reino de las Dos Sicilias, con el nombre de Fernando I. En este reinado el reino vivió un período de prosperidad económica: se redujeron los impuestos, se creó la Bolsa de cambio y se emprendieron muchos nuevos comercios, entre los cuales estaba la pesca de corales.