Templo, Roma

La fecha elegida para la fiesta era el aniversario del nacimiento de Roma, el octavo día siguiente a los idus de abril del año ochocientos y dos de la fundación de la ciudad. Jamás la primavera romana había sido más dulce, más violenta, más azul. El mismo día tuvo lugar en el interior del Panteón una ceremonia consagratoria. Había YO corregido personalmente los planes excesivamente tímido de arquitecto Apolodoro. Utilizando las artes griegas como simple ornamento, lujo agregado, me había remontado para la estructura misma del edificio a los tiempos primitivos y fabulosos de Roma, a los Templos circulares de la antigua etruria. Había querido que el Santuario de todos los Dioses, reprodujeras la forma del globo terrestre y de la esfera estelar, del globo donde se concentra las simientes del fuego eterno, de la esfera hueca que todo lo contiene. Era también la forma de aquellas chozas ancestrales de donde el humo de los arcaicos hogares humanos se escapaba por un orificio practicado en lo alto. cLa cúpula construida con lava dura y liviana que parecía participar todavía del movimiento ascendente de las llamas, comunicaba con el cielo por un gran agujero alternativamente negro y azul. Memorias de Adriano página número 140 año 1955.
(16 de Agosto de 2017)