Capilla o Ermita de San Sebastián, Tavira

Propiedades
Situada en el Largo do Campo de los Mártires, antiguo Campo da Atalaia, zona alejada del centro de la ciudad, del lado sur del río Gilão, la Ermita de San Sebastián corresponde hoy a un pequeño templo de planta longitudinal y nave única, con capilla mayor y capilla mayor sacristía adjunta. Los volúmenes surgen escalonados entre la nave y la capilla mayor más elevada. La cobertura está compuesta por un techo de dos aguas en la nave y una cúpula hemisférica en la capilla mayor. La fachada principal de la Ermida, que surge virada al poniente, se presenta sin base pero con los ángulos en cantería aparejada. Rembrada por frontón contracurvado decorado con graciosos relieves en masa, esta fachada ostenta, aún, un portal de molduras rectilíneas, corneja saliente y frontón curvo sobre el cual se abre un ojo. La sacristía, a su vez, corresponde a un volumen añadido en la fachada Norte,
En 1723 el edificio ya presentaba señales de ruina habiendo sido reconstruido por los maestros Diogo Tavares de Ataíde, Manuel Aleixo y, más tarde, por el carpintero Jacinto Pacheco, haciendo fe en las actas del Ayuntamiento de abril de 1745. De hecho, los diseños del frontón y pórtico de la fachada principal, así como de las bóvedas de cuna se ajustan al estilo del célebre maestro-cantero, Diogo Tavares de Ataíde.
En cuanto a las diez pantallas existentes en la capilla mayor, se sabe que fueron realizadas en 1759, por el pintor dorador Diogo de Mangino, natural de Sevilla pero establecido en Tavira después de 1754. Estas pinturas constituyen, según algunos autores (SANTANA, 2008), la más completa recreación pictórica sobre la vida de San Sebastián existente en el arte portugués. Se destacan las pinturas del retablo de la capilla mayor, el marmolado fingido de las paredes y los ejemplares de imaginaria setecentista, en particular las dos esculturas de ángeles incensarios colocados sobre el arco triunfal. Las razones en trampantojoproducen un fuerte efecto escenográfico e ilusionista, revisando las paredes y enmarcando las pinturas sobre tela que surgen en los seis arcos distribuidos a lo largo de la nave de la iglesia. Las pantallas, que representan escenas de la vida de la Virgen, son datables de la segunda mitad del siglo XVIII. La sacristía, por su lado, ostenta un interesante conjunto de paneles de azulejos y un arcaz seiscentista.

Historia
Considerado un templo con origen en los finales del período medieval, época marcada por grandes epidemias, fue dedicado al culto del mártir San Sebastián como gran protector contra la peste. El rey D. José I concede a la confraria de San Sebastián, en 1753, el beneficio perpetuo de ciertas rentas de la Feria de San Francisco, contribuyendo, de esta forma, a la confraternidad de San Sebastián, en el inicio del siglo XVIII, la recaudación de fondos que permitieran llevar adelante la ejecución de la decoración de los interiores.
En el año 2000 se iniciaron un conjunto de obras destinadas a la consolidación y restauración de las pinturas de la nave que se encontraban en mal estado de conservación, continuando estos trabajos en 2004, con la intervención en el retablo-mor, pinturas sobre tela, imaginaria, azulejos y azulejos suelo.
Hasta los inicios del siglo XX se realizaba en Tavira, el 19 de enero, la procesión de San Sebastián, siendo la imagen del Santo transportada desde la Ermita, hasta la Iglesia Matriz de Santa María. Al día siguiente, fecha oficial de conmemoración de este Santo, la imagen era nuevamente llevada en procesión por los oficiales del cuerpo militar de la ciudad siendo acompañada por música de la banda del regimiento.