Lo mismo se cree que fue confirmado en las Inquisiciones: "en la colación de Santa Maria de Caminha, en Vilarélio, se encuentra el antiguo castillo de Caminha" subordinado durante siglos a la Catedral de Tui. Sólo desde principios de siglo. En el siglo XVIII aparecieron documentos de la cancillería portuguesa de descontento con Caminha y las villas ribereñas del Miño, algunos del reinado del rey Afonso III, con noticias de la construcción de otra torre (la torre del Sol), con su puerta.