Bartolomeu dos Mártires. Era muy popular y pasaba la mayor parte de su tiempo en visitas pastorales a su larga y diversa arquidiócesis. Estuvo muy preocupado por diversas cuestiones sociales, durante la peste de 1570 y la crisis económica de 1574, sus obras de caridad fueron ejemplares. Durante la crisis de sucesión de 1580, mantuvo su neutralidad, con la esperanza de que el problema se resolviera políticamente. Aun así, a pesar de su aparente imparcialidad, dimitió del arzobispado de
Braga en 1582, tan pronto como las Cortes aclamaron a Felipe II de
España como rey de
Portugal y su discípulo Prior do Crato abandonó el país.