Figuras esculpidas en la pared de la cueva en la Abadía, Brantôme

Lo que sabemos de cierto son los orígenes troglodíticos de la Abadía excavada en en la roca calcarea. La parte de la abadía benedictina se construyo originalmente en el acantilado, atravesado por una docena de cuevas que sirvieron como viviendas, también como palomar. Cabe mencionar aquí que tener un palomar en la Edad Media era símbolo de poder y privilegio, eran las clases pudientes las que, mediante decreto, podían disfrutar de un lugar como estos en su haber. La cría de pichones era muy importante por el uso de la carne en la dieta de la época, y los excrementos servían como abono muy eficaz. Además, los excrementos se usaban también para realizar remedios caseros y de allí se sacaba salitre para fabricar pólvora. Imaginad, entonces, lo que suponía: quien tenía un palomar tenía un tesoro.
(4 de Julio de 2006)