Casa Nº 24, Béziers

A la mañana siguiente recorro de nuevo la parte más antigua de Béziers con la intención de ver mejor el antiguo anfiteatro romano o, mejor dicho, los restos casi invisibles de la antigua construcción, que eso sí ocupan un espacio amplio -el que llenaba la obra romana- que es ahora una especie de plaza curiosa de viejas y bonitas partes traseras. Aprovecho también para visitar la catedral, edificada sobre las ruinas de la que ardió durante la cruzada contra los cátaros y en la que se dice que perecieron cientos de personas encerradas en su interior. Es un edificio de un gótico hermoso y sencillo, excepto en el altar, al que nada separa de las preciosas cristaleras del ábside y que tiene una decoración posterior más recargada, que no logra romper el equilibrio del conjunto. El claustro, junto a la iglesia, es también gótico y no demasiado grande, pero sí bastante bonito. Está decorado con algunas estatuas y es un lugar extraordinariamente calmo, ideal para que el viajero se tome un tiempo de descanso.
(10 de Abril de 2009)