Bonito patio, Béziers

Si además pensamos que estamos ante una obra creada en el siglo XVII la boca abierta nos puede durar un par de horas. Para hacernos una idea aún mejor de la maravilla de ingeniería y tecnológica que supuso el Canal du Midi una antigua posada en la parte de arriba de las esclusas es hoy un centro de interpretación muy interesante. Además, su restaurante con preciosas vistas sobre la ciudad un poco en la lejanía es una parada no sé si imprescindible, pero desde luego muy placentera. La segunda obra no es tan alucinante como las esclusas y es una mejora bastante posterior -de mediados del siglo XIX- pero no deja de ser una estampa maravillosa: el acueducto sobre el Orb que los barcos superan en su tranquilo viaje por el Canal du Midi. Es un puente grande y robusto por cuya parte superior los barcos se deslizan despacio, como frenando para disfrutar la sensación que debe de tener algo parecido a volar como si la nave se hubiera encantado de repente. Mientras, desde la orilla los peatones nos maravillamos ante una escena que tiene algo de paradoja - ¿qué hace el barco arriba del puente y no debajo?- y a lo lejos la catedral contempla el río y el canal y las esclusas y el acueducto quizá también sorprendida y seguramente un poco celosa, viendo como el ingenio comercial logró levantar esas obras tan prácticas y maravillosas que le roban casi todo el protagonismo a las que edificó la fe.
(10 de Abril de 2009)